Clásicos de Arquitectura: Ciudadela Colsubsidio / Germán Samper
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Por Dan Gamboa Bohorquez
En el occidente de Bogotá, entre la Calle 80 y el Humedal Juan Amarillo, se encuentra uno de los proyectos urbanísticos y arquitectónicos más interesantes de la historia de Colombia: la Ciudadela Colsubsidio. Creada en 1983 como una respuesta a la ley 21 de 1982 que obligaba a las cajas de compensación a crear viviendas para sus afiliados. Es entonces que Colsubsidio, gestora del proyecto, contrata a Germán Samper y le encarga resolver un predio de 130 hectáreas ubicado en medio de dos consolidados barrios (Santa Bárbara y Bolivia) con el reto de articularlos mientras genera una ciudadela que condense diferentes servicios básicos para una población que debido a su ubicación geográfica, estaba distante del centro de la ciudad de Bogotá.
El reto que tenía Samper al frente era desarrollar una estructura urbana clara que articulara en el eje oriental-occidental los barrios existentes y en el eje norte sur, el humedal Juan Amarillo con la Calle 80, principal vía que alimentaría a todo el barrio. Desde el primer trazo, era evidente la preocupación del arquitecto por crear y desarrollar una experiencia espacial para el habitante, donde el mismo barrio fuese el gestor de espacios que integren directamente la vida cotidiana con la arquitectura, responsable de definir los límites espaciales que se pretendieran crear.
Samper tenía una idea clara en la mente: gestar una ciudad dentro de una ciudad, creando como capas urbanas diversos tipos de acercamiento espacial desde lo público hasta lo privado. Podría pensarse que esta estructura es la que crea refugio en el mismo preconcepto de la ciudadela, pasando de una ciudad abierta con vivienda unifamiliar a plazas públicas y concluir en una ciudad cerrada, definida por los bloques multifamiliares que a su vez, encierran plazas privadas. Es de destacar que el proyecto termina siendo 60% espacio público y 40% espacio privado y aun así, condensar 35.000 habitantes en él. La fachada cumple una función importante en este proyecto ya que es esta el paramento que imprime carácter los diferentes espacios, clara referencia a antiguas plazas de Ámsterdam o Bruselas. El uso del ladrillo tolete (en el que incluso introduce hierros atreves de sus perforaciones como solución estructural) es el lenguaje matérico de la ciudadela, congruente con el lenguaje que llevaba la arquitectura colombiana en la década de los ochenta.
Son justamente las circulaciones uno de los puntos fuertes del proyecto: en los ejes occidente-oriente son claras las vías vehiculares que integran los dos barrios aledaños completando responsablemente la traza urbana y en el eje norte, los recorridos que integra la entrada al barrio, pasando por las viviendas para rematar en el extremo norte con espacios deportivos en la rivera del humedal. Cabe anotar que una de las intenciones más fuertes de Germán Samper era proponer otro modelo de comunidad basado en las ideas de Aldo Rossi o incluso de las propuestas de Karl Brunner para Bogotá en la década de los 30. Como apunte clave hay que destacar que el peatón tiene una relevancia importante sobre el vehículo ya que es este quien prioriza la circulación sin restarle importancia al carro, evidenciado en la permeabilidad de las plazas para los vehículos y para los peatones bajo un mismo nivel de suelo.
Existe un parámetro claro en la intención del proyecto. Hay una enorme preocupación por generar un barrio que tenga responsabilidad social para todos los estratos y posibilidades económicas. Es legible dicha preocupación cuando se generan viviendas unifamiliares (7 manzanas) y multifamiliares (15 multifamiliares) en el mismo proyecto, permitiendo ofrecer precios distintos a los afiliados a la caja de compensación. Los espacios restantes de proyecto se destinan para equipamiento urbano como escuelas, parroquia, zonas verdes y hasta un centro comercial consolidando el concepto de ciudadela.
El desarrollo del proyecto no se hizo de la noche a la mañana, fue una consecuencia de diversas etapas que llevaron a la culminación del mismo dos décadas después. Si bien los primeros esbozos fueron hechos alrededor de 1983, no fue sino hasta 1989 que se inició la construcción de las primeras viviendas, consecutivamente en los años venideros de 1994 y 2004 donde se entregaron las posteriores etapas y su la conclusión del proyecto en 2006 para una entrega de 14.000 viviendas estimadas.
Desde el comienzo del proyecto, Germán Samper comprendió que el espacio es el constructor de conductas sociales y que es justamente el espacio urbano una continuidad del espacio protector que genera la vivienda, proyección del significado de refugio. Sí, Samper se atreve a proponer un nuevo esquema urbano de manzanas y metamanzanas para poner en práctica su concepto de cómo cree él que debe ser una vida en comunidad, más allá del fenómeno de barrio para inducir a la arquitectura a encauzar su idea. Es justamente este riesgo que él toma, seguro desde el primer trazo que sería la estrategia para generar su concepto de comunidad, el que llevó al éxito uno un interesante proyecto del cual hay mucho que aprender y seguir aprendiendo.
Arquitectos: Germán Samper
Ubicación: Bogotá, Bogota, Colombia
Arquitectos A Cargo: Esguerra, Sáenz y Samper Ltda.
Cliente: Caja de compensación familiar Colsubsidio.
Área Proyecto: 130 hectáreas. 58 hectáreas construidas.
Año de inicio del Proyecto: 1986